La lógica capitalista ha logrado penetrar a tal grado en el sentido común que, a estas alturas, pareciera casi imposible concebir un mundo libre de los principios y mecanismos de los mercados autorregulados. No obstante, el incontestable triunfo que han tenido los promotores del neoliberalismo, injertando la semilla de los mercados liberalizados en, prácticamente, todas las esferas de la vida social, dicha tendencia no implica, por una parte, que los mercados sean tan eficientes como lo pregonan -para generar riqueza y bienestar, así como para resolver los problemas sociales- y, por otra, que no tengamos opciones distintas para organizar las relaciones sociales de producción y enfrentar los retos sociales contemporáneos.
Una muestra -de tantas- de la ineficiencia que pueden llegar a tener los mercados autorregulados, es la reciente crisis inmobiliaria del 2008. Paradójicamente, la respuesta a esta crisis, generada, en buena medida, por el modelo de mercados liberalizados fue, blindar el modelo de mercados liberalizados. Es como si un fumador con cáncer decidiera curarse aumentando el número de cigarros que fuma por día.
A propósito del capitalismo y de la ineficiencia de los mercados, el texto que presento a continuación, busca satisfacer dos objetivos, por una parte, delinear sucintamente los ejes para emprender una crítica rigurosa del sistema capitalista, crítica que considero más que pertinente, en vista de los efectos del capitalismo en su fase actual, el neoliberalismo, generalización de la pobreza, precarización del trabajo, profundización de las desigualdades sociales, crisis ambiental, entre muchas otras. Por otra, realizar una pequeña contribución a la difusión de la obra de Marx.
En primer lugar, presentaré un resumen de las categorías económicas: producción, consumo, distribución y cambio. Después, concluiré el texto con una síntesis de las relaciones que existen entre ellas -siempre desde la lógica marxista-. Como recomendación, sugiero leer «El Capital» y «Los Grundisse». Temo haber descontextualizado el pensamiento de Marx por presentarlo tan de prisa.
Definición del término «categoría»
Considero que, es conveniente comenzar por precisar el sentido del término «categoría». Una categoría es una abstracción de un fenómeno presente en la realidad; se trata entonces de una imagen simplificada que se construye para facilitar el estudio de lo «real». Así, una categoría es útil en tanto marco de referencia y, como tal, debe entenderse como el producto de la operación de un método de investigación en particular -el método dialéctico, en el caso de las categorías marxistas-.
Esencialmente, una categoría indica cuáles son los principales elementos que intervienen en un fenómeno, así como las relaciones que sostienen entre sí. Por ejemplo, la categoría «producción» explica cómo es que los miembros de una sociedad se organizan para apropiarse de los recursos de la naturaleza y adecuarlos a tal punto que pudieran mitigar alguna necesidad social. El sentido concreto que adquiere una categoría depende en buena medida de quién sea su autor(a), así como de la corriente de pensamiento en la que él o ella estén insertos. Así, la categoría producción adquiere un carácter muy distinto del que presenta en el marco de la crítica marxista, por ejemplo, cuando se utiliza en el pensamiento económico clásico. Por tanto, cuando se menciona que Marx crítica tal o cual categoría, lo que se afirma, es que rechaza tal o cual forma particular de explicar un fenómeno, no el fenómeno en sí.
Categorías económicas
1. Producción
La exposición de Marx sobre la «producción», además de precisar su contenido, nos muestra cómo opera su propio método de pensamiento. Podemos describir el método de Marx como un movimiento progresivo de aproximación. En este caso en particular, avanza de un análisis crítico de la categoría «producción» -compuesta por los economistas de su época- hacia la distinción de las determinantes generales y particulares de la producción como hecho histórico. Las primeras, comunes en diferentes estadios de desarrollo, constituyen la materia con que se construye la idea de producción en abstracto; las segundas, propias de un momento histórico en específico -como la producción burguesa- permiten observar las diferencias que existen en cada sistema de organización social. Entre los problemas que Marx toma como punto de partida hay dos que cabe citar aquí, a saber: ¿Cuál es el origen de la producción? ¿En qué medida la categoría producción explica los movimientos reales de la organización burguesa?
Sobre el primer cuestionamiento, Marx descarta la tesis del productor solitario o autónomo como precursor de la forma de producción de su época. No encuentra ningún fundamento histórico en ella, sino ideológico. Sostiene en cambio que la producción es siempre un proceso social y como tal, entiende que es una expresión concreta de un estadio determinado del desarrollo social. De esta forma, además de atraer la atención hacia el carácter dependiente y colectivo de la participación individual en la producción, enfatiza la pertinencia de una aproximación histórica para el estudio de los fenómenos económicos.
Respecto al segundo cuestionamiento, Marx, podemos inferir, considera que la categoría producción, en tanto conjunto de condiciones generales, no permite comprender ningún nivel histórico concreto de la producción. Para este propósito considera necesario el examen de las determinantes particulares -por ejemplo, aquéllas que hacen de un instrumento de producción un capital-. Así, rechaza la idea de que la producción esté regida por leyes eternas de la naturaleza independientes de la historia. Advierte, en esta pretensión, un esfuerzo por introducir las relaciones burguesas como leyes naturales inmutables. También anticipa que los diferentes rubros económicos -producción, distribución, etc.-, no sostienen entre sí, únicamente, relaciones fortuitas, sino que constituyen un todo orgánico.
En resumen, concibe la producción como una apropiación de la naturaleza por parte del individuo en el seno y por intermedio de una forma de sociedad determinada. Cada forma de producción engendra sus propias instituciones jurídicas, su propia forma de gobierno, etc.
2. Consumo
El desarrollo de la idea de consumo de Marx inicia con el análisis del supuesto, aceptado en su época, que identificaba producción y consumo. Sobre esta base, Marx plantea tres precisiones:
a) Cada uno es inmediatamente su opuesto. La producción es inmediatamente consumo, producción consumidora, reproducción (producir implica el agotamiento de las capacidades del trabjador, el uso de los medios de producción, el consumo de la materia prima); el consumo es inmediatamente producción, consumo productivo (el consumo produce al hombre, ahí está el caso de la nutrición, en esta forma de consumo el hombre produce su propio cuerpo).
b) Al mismo tiempo, cada uno es mediador del otro. La producción es mediadora del consumo en cuanto le aporta su objeto. El consumo es mediador de la producción, en cuanto crea para los productos el sujeto para el cual ellos son productos. En otras palabras, la producción crea, produce el consumo y viceversa.
c) Cada uno de los términos no se limita a ser el otro de manera inmediata y, tampoco el mediador del otro, sino que, realizándose, crea al otro y se crea en cuanto otro.
En su reflexión final sobre la relación producción/consumo, Marx se opone a la concepción, común entre los economistas, del consumo como un momento de la producción, por no encontrar su confirmación empírica en la sociedad. También advierte, en cambio que, la relación entre ambos rubros es exterior, así, el retorno del objeto al sujeto depende de las relaciones de éste con los otros individuos.
3. Distribución
Entre el productor y los productos se interpone la distribución. Comúnmente ella aparecía en la mente de los economistas como distribución de los productos y, de tal modo, como más alejada de la producción y casi independiente de ella. Marx explora otras explicaciones, desde la noción de distribución como supuesto -en sociedades globales la producción parece estar organizada y determinada por la distribución-; hasta la idea de la distribución como producto de la producción, no sólo en lo que se refiere al objeto -solamente pueden distribuirse los resultados de la producción-, sino también en lo que se refiere a la forma -el modo bajo el cual se participa en la distribución-. Concluye que antes de ser distribución de los productos, ella es distribución de los miembros de la sociedad entre las distintas ramas de la producción. En tal caso, el modo de producción es determinante para la nueva distribución que se establece.
4. Cambio (circulación)
En breve, el cambio es un momento mediador entre la producción y la distribución que ella determina, por un lado y el consumo por el otro. Está completamente determinado por la producción, por ejemplo, no existe cambio sin división de trabajo, de igual forma, la intensidad del cambio está determinada por el desarrollo y la organización de la producción.
Relaciones entre categorías
La producción, la distribución, el intercambio y el consumo no son fenómenos idénticos, sino articulaciones de una totalidad, diferenciaciones dentro de una unidad. Una producción determinada, por tanto, determina un consumo, una distribución, un intercambio determinados y relaciones recíprocas determinadas de estos diferentes momentos. Al mismo tiempo, estos últimos tres rubros también ejercen su acción sobre la producción. En suma, entre los diferentes momentos tiene lugar una acción recíproca. Desde esta perspectiva, Marx censura el tratamiento que los economistas dan a estos fenómenos presentándolos como si fueran momentos independientes de una suerte de encadenamiento. En su opinión, tales divisiones son ilusorias. En los párrafos precedentes se puede entrever ya, cuáles son las determinaciones y relaciones existentes entre las categorías económicas, al respecto, presentaré una muy breve síntesis a manera de conclusión:
1) Producción/consumo: Por una parte, el consumo produce la producción, en cuanto el producto se hace realmente producto sólo en el consumo y; en cuanto el consumo crea la necesidad de una nueva producción. Es decir, el consumo produce la disposición del productor, presenta el móvil ideal de la producción, su impulso interno que es su supuesto. Por otra, la producción produce el consumo creando el material de este; determinando el modo de consumo, provocando en el consumidor la necesidad de productos que ella ha creado originariamente como objetos.
2) Producción/distribución: Esta relación puede apreciarse desde dos perspectivas: En la primera, es ella misma un objeto de producción, así la organización de la distribución está totalmente determinada por la organización de la producción. Ahora bien, al tomar como referencia al individuo o a las sociedades globales, la distribución parece preceder y hasta determinar la producción.
3) Producción/cambio: El cambio aparece en todos sus momentos como directamente incluido en la producción o determinado por ella. Por ejemplo, en su primer estadio, identificamos el cambio de actividades y de capacidades; en el último, el cambio de productos para su consumo.
Christian Cruz Castro
Referencias
Marx, K. (1980). Introducción. En Elementos fundamentales para la crítica de la economía. (pp. 3-33). España: Editorial Siglo XXI.
Como posdata, en esta ocasión adjunto un fragmento de la película «El Concursante», se trata de una reflexión interesante sobre el funcionamiento del sistema financiero. Básicamente, en esta película se ilustra dicho sistema como un mecanismo sutil de despojo. ¿Qué piensan ustedes?