Las instituciones de educación superior públicas (IESP) de México están transitando por un período de drásticos cambios. El marco de tales transformaciones es la adopción de un nuevo modelo educativo, impulsado desde el Estado. En la década de los ochenta, inició la sustitución del modelo de provisión burocrática por uno de tipo mercado. Entre el conjunto de cambios implicado en esta transición, está el injerto de una lógica gerencial entre la IESP. La respuesta de los actores educativos ha sido, hasta ahora, de relativa subordinación. Se considera que el